La biosfera se enfrenta a una crisis de biodiversidad sin precedentes. El denominado cambio global, sumatorio de las alteraciones causadas por el cambio climático, la intensificación en el consumo de recursos y la acelerada destrucción de los hábitats naturales, es su principal causante. La única forma de contener este proceso es a través de profundos cambios en los modelos económicos de desarrollo, que deben implicar a todos los sectores de la sociedad. Las políticas de ahorro energético y de desarrollo de energías alternativas son elementos claves en esta lucha, como también lo son la conservación de la biodiversidad de especies y hábitats. Por ello es esencial que el necesario desarrollo de las energías alternativas y renovables, se lleve a cabo con absoluto respeto a la conservación de los valores naturales que se pretende preservar. La energía eólica, como cualquier otro aprovechamiento de los recursos no está exenta de potenciales impactos ambientales, y por ello su actual desarrollo debe ajustarse a esquemas de racionalidad y precaución.
La energía eólica, una parte de la solución y una parte del problema
Además de sus indudables beneficios, la energía eólica no deja de ser una actividad industrial que, en función de dónde se instale, plantea una serie de inconvenientes que pueden llegar a ser muy graves:
-Destrucción de hábitats.
-Alteraciones paisajísticas.
-Daños a la fauna y flora.
-Daños al patrimonio cultural.
Por ello, y de cara a la instalación de centrales eólicas, existe un consenso casi generalizado entre la mayoría de los grupos ecologistas del estado (Ecologistas en Acción, SEO-Birdlife, WWF-ADENA, Greenpeace), en el sentido de que los Espacios Naturales Protegidos deben ser “Zonas de Exclusión” en cualquier planificación eólica.
El futuro de la eólica en la CAPV
El Gobierno Vasco prevé a corto plazo la construcción de 7 centrales eólicas en las cumbres de otros tantos cordales montañeros, que en el mejor de los casos evitarán la emisión de tan solo el 1% de los gases invernadero que se generan en la CAPV. Además la mayor parte de estas centrales se ubicarán en Espacios Naturales Protegidos (ENP) alterando nuestros más bellos y valiosos entornos naturales. Para agravar más la situación, fuera de esta planificación de grandes centrales se plantea la construcción de un sinfín de “mini”-centrales eólicas que salpicarán todo el paisaje vasco.